En el mundo actual de las redes sociales, es una lástima que más personas no presten atención a la primera oración del evangelio de hoy. Si más personas resolvieran sus problemas con la persona que los ofendió, en lugar de publicarlo en Internet, nuestro mundo sería un lugar más civilizado para vivir. El proceso de corrección que Jesús nos da en el evangelio es lógico, responsable y maduro. Puede determinar la madurez de una persona si sigue al director, "corregir en privado, elogiar en público".