Terror por todos lados. Parece que este es el estado del mundo ahora como lo ha sido siempre. Cuando pensamos que el mundo ha llegado a un límite de libertinaje, aún queda más por hacer. Seguro que el mundo se supera a sí mismo. Sigue sumergiéndose en la depravación más y más. Uno solo puede tener el mismo aspecto de horror como el profeta Jeremías. Conmoción y la consternación invaden nuestras mentes.La indignación por lo que se le devolvió al mundo también es presente. Sin embargo, independientemente de las emociones que podamos sentir en ese momento, todavía no hacemos mucho para cambiar el mundo. Lo aguantamos. Mientras que el mundo no se avergüenza de proclamar "con orgullo" en lo que ahora se han convertido. Permanecemos en silencio. Mientras el mundo dice “Renuncia, renunciemos”.Somos una mayoría silenciosa, más bien somos una mayoría complaciente.
Mientras vemos que el mundo denigra nuestros valores y nuestra moral, no decimos nada por miedo a que nos llamen intolerantes, anticuados, de mente cerrada. No decimos nada por miedo a perder a alguien cercano a nuestra familia. Quizás ya los hemos perdido por el pecado. No decimos nada porque hemos confundido amor con libertinaje. El amor es no dejar pasar nada por miedo a herir los sentimientos de los demás.El amor se basa en la verdad. Si no se basa en la verdad, entonces es solo una conveniencia. Por la razón que sea, mientras permanecemos en silencio, el poder de los malvados continúa creciendo. El profeta Jeremías y el Evangelio ofrecen algunas ideas para contrarrestar la maldad del mundo. Primero, testifique, no tenga miedo de defender lo que cree. No niegues quién eres, y a quién representas, al Señor Jesucristo, que es el mismo ayer, hoy y mañana. Segundo, canta al Señor, alaba al Señor. Continúen practicando y fortaleciendo su fe en la asamblea de los fieles. Adora al Señor con todo nuestro corazón, y no dejéis que el mundo ahogue vuestra alabanza y acción de gracias a Dios. Tercero, emprende una causa. Hay algunas oportunidades para practicar la justicia social. Hay muchas áreas de preocupación para contrarrestar el mundo. Defiende la vida del principio a fin. Cuarto, no te metas en argumentos la ira no debe caracterizar nuestra respuesta. Recuerda que la venganza no es el camino del cristiano, confía en la justicia de Dios. Quinto, no se sienta abrumado. Comienza en algún lugar, comienza localmente, comienza con tu familia, marca la diferencia en tu entorno. No dejés que el miedo te paralice, sino encomiendad nuestros esfuerzos a Dios. No le tengas miedo al mundo, esto lo tienes con Dios a tu lado. Sexto, aprenda más sobre las enseñanzas de la iglesia con respecto a la moralidad. Conoce tu valor como persona humana y como cristiano. Defiende tu integridad tanto de cuerpo como de alma. Y finalmente, no tengas miedo de la persecución. Si no estás siendo perseguido, entonces lo tienes demasiado fácil. Y tal vez no estén haciendo lo suficiente para defender la fe. Con Dios a nuestro lado, la victoria sobre el mundo está asegurada.