Hoy celebramos el cumpleaños de la Iglesia, porque es con la llegada del Espíritu Santo que nace la Iglesia. ¡¡Feliz cumpleaños!! El Espíritu Santo hace toda la diferencia; si no fuera por el Espíritu Santo la iglesia no estaría aquí. Los sacramentos no tendrían significado ni poder. Todos los sacramentos se llevan a cabo por el poder del Espíritu Santo, incluido el sacramento de la confesión, cuyo fundamento bíblico se muestra bellamente en la lectura del Evangelio hoy. El Espíritu Santo mantiene a la iglesia en marcha con su fuerza impulsora. El llamado profético de la iglesia, la predicación, también está inspirado por el Espíritu Santo. Cada acto de caridad en la iglesia es posible por la acción del Espíritu Santo. el Espiritu Santo da dones y charisma para fortalecer la iglesia. Pero debe quedar claro que el Espíritu Santo no es una fuerza o un poder, es la tercera persona de la Santísima Trinidad, quien tiene fuerza y poder para efectuar todo lo que el Espíritu elige hacer en su Iglesia. Nosotros también debemos todo lo bueno que hay en nuestra persona al Espíritu Santo, incluso salir del miedo y ser impulsados a la misión de evangelización y dejar de vivir deprimidos para recibir el fuerte viento de la vida nueva. Ahora Podemos seguir adelante para traer a otros a Cristo porque Su Espíritu nos ha sido dado. El Espiritu Santo nos da la paz de Cristo que consuela y disipa todo temor. Ya no necesitamos vivir con miedo, sino que podemos sentir la presencia reconfortante y sanadora del Espíritu Santo. Nuevamente debemos todo lo bueno y necesario en nuestra vida a la acción del gran Abogado. En Pentecostés se cumple la promesa de Jesús de enviar al abogado. Jesús cumple su promesa para que podamos tener vida nueva en el Espíritu. Entonces es un día glorioso cuando reconocemos que el Espíritu Santo continúa obrando en la Iglesia para sostener su existencia y continúa obrando en nuestras vidas para hacer la diferencia. Ven Espíritu Santo y renueva la faz de la Tierra. Ven Espíritu Santo y sigue haciendo nuevos Pentecostés en nuestras vidas. Ven, renueva tu Iglesia y renueva nuestras vidas. ¡Ven!