Es tan difícil predicar sobre la Santísima Trinidad sin meterse teológicamente en problemas. En el pasado hubo incluso líderes de la iglesia que cometieron errores garrafales al hablar de la Santísima Trinidad. Recuerdo que un sacerdote mencionó que hay tres dioses en una persona.Después de corregirlo por este error teológico, cinco minutos después se anunció: "Hay tres personas en un solo Dios". Algo que mucha gente ya sabía, pero que para algunos era una novedad. Después de ser sacerdote durante tantos años, solo queda preguntarse cuantas veces se cometió este error si corrección. Pero es tan difícil tratar de explicar sin caer uno mismo en un error teológico. Incluso aquellos como San Agustín, que sabía mucho sobre teología, afirmaron que descifrar la Santísima Trinidad es como un niño que intenta meter todo el océano en un pequeño agujero excavado en la arena. Es imposible.En el pasado, la gente lo ha intentado y ha fracasado miserablemente. Como Arrio, un obispo, que se convirtió en hereje por su afirmación errónea acerca de Jesús. Arrio declaró, "hubo un tiempo en que Él no estaba". Lo que significa que hubo un tiempo en que Jesús no existia. Si miramos la historia durante un tiempo, casi la mitad del Imperio Romano creía en esta herejía, pero afortunadamente San Atanasio salió en defensa de la divinidad de Jesús y la Santísima Trinidad.Es un recordatorio para todos; descifrar la Santísima Trinidad es un inútil ejercicio. No podemos poner a Dios en un tubo de laboratirio y tratar de descifrar la grandeza de Dios. La mejor acción posible para la Santísima Trinidad es explorar la Santísima Trinidad en oración. Es en la oración que podrán experimentar la misericordia y la bondad de Dios. Es en la oración que Dios se revelará como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es en la oración que podemos pedirle a Dios que nos acompañe con su bendición en nuestro viaje por la vida. Dios revela quién Dios es en la oración. Nosotros también estamos llamados a morar en misterio de Dios en lugar de tratar de descifrar con nuestras cabezas grandes.Se pueden dar muchas definiciones racionalmente, pero lo mejor es experimentar a Dios en oración y llegar a conocer y amar a Dios más y más hasta que seamos elevados a la presencia de Dios. Algún día veremos a Dios cara a cara y realmente conoceremos en plenitud la misterio de la Santísima Trinidad. Por ahora no nos rompamos la cabeza, sino permitamos que la presencia de Dios llene nuestros corazones con lo que realmentedefine la Santísima Trinidad; amor.