Hoy celebramos el último domingo del año eclesiástico. Una fiesta relativamente nueva (1925), Cristo Rey fue trasladado a su posición actual en 1969. No solo concluye el año en curso, sino que nos prepara para comenzar de nuevo la próxima semana con el Adviento. En Estados Unidos, la noción de que un rey nos gobierne no es muy popular. Esta semana celebramos a aquellos que dejaron el gobierno de un monarca para venir a esta tierra y formar una nueva sociedad. Sin embargo, el Rey al que buscamos servir nos ofrece la vida eterna. A diferencia de los reyes terrenales que gobiernan por la fuerza, Cristo predica con el ejemplo. Ya que su reino no tiene fin, nos corresponde seguirlo.