Al entrar en las últimas semanas del año de la iglesia, las lecturas esperan el final de los tiempos. En el evangelio, Jesús entendió que, aunque los saduceos intentaban engañarlo, la gente quiere saber cómo será el cielo. Aunque su explicación es un poco vaga, nos da una idea de la gloria que nos espera.
La descripción de Jesús de nuestra condición futura es que seremos "como ángeles". No estar atados por el espacio o el tiempo, así como estar en un cuerpo glorificado, son buenos atributos para tener. Más importante aún, estaremos en la presencia de Dios por toda la eternidad. Cualquier felicidad que podamos tener en la tierra palidece en comparación con la verdadera alegría que será nuestra en el cielo.