La primera lectura nos recuerda cuán poderosa es la bendición de una madre. En la primera lectura Moisés da la bendición a los hijos de Israel. Los que tuvimos una madre que creyó en Dios fuimos muy bendecidos porque recibimos una bendición de nuestras madres como parte de nuestra vida diaria. Recuerdo que mi primer día de clases fue muy emotivo. No quería quedarme en la escuela, y recuerdo que lloré y le supliqué a mi madre que me llevara a casa con ella. No quería quedarme con extraños, y recuerdo que me agarre fuertemente a la pierna de mi madre y no quería soltarla. La campana estaba sonando, los niños corrían todos a su salón de clases, pero yo seguí agarrando fuerte para que mi madre no me soltara.La campana estaba sonando, los niños corrían todos a su salón de clases, pero yo seguí agarrando fuerte para que mi madre no me soltara. Finalmente, me dejé ir después de mucho convencerme de quedarme, y mi madre me dio su bendición y prometió volver para llevarme a casa. Creo que muchos niños pueden haber tenido una experiencia similar su primer día de clases, para mí fue una experiencia poderosa y todavía la recuerdo vívidamente. Recuerdo muchas mañanas que mi mamá nos bendecía en nuestro camino a la escuela. Al comenzar este año, recordemos que tenemos una madre celestial que nos bendice todos los días del año cuando acudimos a ella para su bendición. Ella permanece tranquila y guardando todo su corazón. Y cómo duele cuando las personas siguen viviendo sus vidas sin siquiera acordarse de pedir su bendición. María Santísima está dispuesta a protegernos y guiarnos todos los días del año con su bendición maternal, si se lo pedimos. De hecho, la iglesia tiene fiestas y solemnidades de María a lo largo del año para recordar que María siempre está ahí para nosotros como una madre amorosa. Ella nos mira como miraba a su hijo en el pesebre, con tanta ternura y amor todos los días.Estemos abiertos a recibir su bendición maternal, porque su bendición no solo nos prepara para los desafíos cotidianos de este mundo, sino que también nos acompaña para llevarnos a la patria celestial, donde podemos glorificar y alabar a Dios por toda la eternidad. Al comenzar este año, que podamos contar con la bendición de María, nuestra madre, rezándole el rosario, las novenas y pidiéndoselo directamente. Que María nos bendiga cuando le pidamos en oración.