¿Qué tan voluble puede ser la naturaleza humana? Cambia por conveniencia. Un día la gente aclamaba al Señor como su Mesías, unos dias después clamaban que lo crucificaran. Nosotros también podemos actuar de esa manera. A veces podemos sentirnos cerca de Dios, y Él es nuestro salvador, y otras veces somos nosotros los que ponemos el clavo en la cruz. Hoy el Señor nos pide que seamos fieles. No permitir que las circunstancias del mundo cambien lo que somos para Dios. Muchos de nosotros todavía queremos servir a dos amos: el mundo y Dios. Esto es incompatible. En el libro de Apocalipsis 3:15 recuerda no ser tibio.Somos fríos o calientes. No podemos hacer las cosas a medias. No podemos estar con un pie con Dios y uno con el diablo. El Domingo de Ramos nos recuerda ser constantes, fieles y perseverar hasta el final. El Domingo de Ramos también nos da un fuerte contraste sobre cómo podemos ser como personas.Podemos ser personas que acompañan a la multitud para bien o para mal. Solo siendo agarrado por el momento pero carente de convicción. Finalmente, el Domingo de Ramos nos llama a permanecer fieles a nosotros mismos. Jesús permite que lo celebren como rey, pero no acepta toda la adulación de la multitud. Él sabe mejor y puede decifrar intenciones desde lejos.Jesús no se deja influir por las apariencias y las falsas pretensiones. Oremos para que no nos volvamos superficiales, sino que nos mantengamos firmes en nuestros valores y convicciones, independientemente del ruido que haya en el mundo. Seamos consistentes si alabamos hoy, alabemos mañana. Al comenzar la Semana Santa, oremos para que al final del día, estemos en el lado correcto de la historia y permanezcamos firmes en nuestra fe profesada en Jesús sin importar las circunstancias.Oremos para que no vivamos de las apariencias, sino que seamos realmente obedientes al Señor, hasta la muerte. Seamos fieles a Dios y fieles a nosotros mismos. Clamemos Hosanna en las alturas hoy y mañana porque tenemos una fe sincera y duradera en Jesús.