Es posible que cada uno de nosotros haya recibido el final de la frace: "Tengo buenas noticias ... tengo malas noticias". Nos preparamos para lo que está por venir. En la primera lectura de hoy, Pablo comienza con las malas noticias, tendremos que sufrir. Lo afirma en los hechos, como lo hace con las buenas nuevas: entraremos en el reino de Dios. El estilo de Pablo es un gran ejemplo para nosotros. A veces permitimos que las emociones nos coloquen la imagen en un extremo de (sufrimiento o gloria), mientras olvidamos el otro extremo. Idealmente, mantenemos un equilibrio entre los dos extremos, permitiéndonos, como Pablo, continuar avanzando en la vida espiritual como el Señor nos dirige.