Cada año en el segundo domingo de Pascua leemos el evangelio del Tomás el incredulo de Juan. Aunque Tomás está lento de creer los otros apóstoles, leemos que la situación lleva a cabo bien para Tomás cuando Él tiene su encuentro con Jesús y proclama la linda profesión de fe, "¡Señor Mío y Dios Mío!"
La profesión de Tomás es una buena manera a comenzar con la celebración de la
Divina Misericordia. A reconocer Jesús como nuestro Señor y Dios no pone en un puesto, con corazones abiertos, para recibir todo lo que Él nos ofrece - gracias, bendiciones y su misericordia.