Muchas personas se preocupan por su futuro. Miran a su alrededor y ven cómo el mundo se derrumba. Esta preocupación se manifiesta incluso de manera corporal, con ansiedad, estrés, úlceras y un malestar total. Los psicólogos ofrecen ayuda. Sin embargo, para algunos su miedo a lo que les pueda pasar es demasiado abrumador. Se sienten muy pequeños e incapaces de hacer algo con sus vidas. Se les ha dicho que su valor es más o menos cuánto tienen, y se sienten totalmente no valorados. Estos próximos días santos para algunas personas van a ser extremadamente difíciles, con el mundo proponiendo que necesitamos tener más para sentir más, y luego dándose cuenta de que ese aparato, ese artículo no hizo que una persona se sintiera mejor. El mundo quiere empujar el materialismo por la garganta como una forma de que una persona se sienta mejor consigo misma y deje de preocuparse por su futuro. "Toma esto, diviértete un poco". Sin embargo, la sensación no desaparece. Las lecturas de hoy ofrecen soluciones a este sentimiento subyacente. En primer lugar, la primera lectura recuerda que, aunque una persona se sienta tan pequeña, de la pequeñez vendrá la grandeza. Belén, el pueblo más pequeño de todas las ciudades de Judá, sería el anfitrión del Mesías. Incluso cuando una persona se siente tan pequeña, el Mesías puede venir y morar en el corazón. Además, esta imagen dice que incluso cuando una persona se siente tan pequeña, grandes cosas pueden suceder en el futuro si pone su confianza en Dios. Porque los resultados dependen de Dios, y no de la persona. En segundo lugar, la primera lectura dice que, si una persona pone su fe en el pastor del rebaño, es decir, en Jesucristo, permanecerá firme y se le dará fuerza en medio de las circunstancias difíciles. En lugar de preocuparte, ora un poco más. En lugar de sentirte abrumado, pon tu confianza en Dios. Ven a descansar en los brazos del pastor en oración y sabe que todo estará bien. El Señor en otros pasajes dice que no te preocupes, esto no agregará un minuto más a la vida, así que es mejor dejarlo ir y saber que Jesús tiene el control. En tercer lugar, una forma de experimentar la paz (y no preocuparse) es hacer la voluntad de Dios en la vida. Esto significa seguir el ejemplo de la Santísima Virgen María. Ella, estando embarazada, fue a ayudar y servir a su prima Isabel. Fue una decisión arriesgada, puso en peligro su propio embarazo por la forma en que tuvo que viajar. Y se puede imaginar, a María embarazada moviéndose por la casa haciendo tareas para Isabel. Confió en Dios y se dedicó al servicio. Cuando una persona comienza a servir, la preocupación por el futuro disminuye. La persona se actualiza. La persona se involucra. La persona encuentra un propósito. La persona puede experimentar la plenitud que proviene del servicio. La persona ya no se preocupa. No hay tiempo para preocuparse, solo tiempo para usarlo bien en servicio. Por último, la preocupación por el futuro se derrumbará, y habrá paz, cuando una persona someta toda su voluntad a Dios. Empieza a vivir para Dios, y no para sí mismo. La segunda lectura recuerda que incluso el Hijo de Dios no vino al mundo para hacer su voluntad, sino la voluntad del Padre. La lectura dice bellamente: "Vengo a hacer tu voluntad". Si estas palabras fueron pronunciadas por el Hijo de Dios, que tiene voluntad divina y tiene majestad y dominio sobre todo, y sin embargo se sometió a la voluntad de su Padre, ¿por qué los seres mortales no pueden someter su voluntad humana a la voluntad de Dios? Donde hay preocupación, hay miseria, y donde hay miseria es porque se ignora la voluntad de Dios. Deja de tratar de ser la persona que piensa que debes ser, y comienza a preguntarle a Dios qué quiere que seas. Deja de involucrarte en una batalla de voluntades con Dios. Confía en su divina providencia, déjate guiar y escucha lo que Dios tiene preparado para ti. En el momento en que una persona comienza a vivir para Dios y a someter completamente la voluntad a Dios, ese momento es cuando la persona realmente comienza a vivir, y la preocupación y la falta de autoestima dejan de existir. Y entonces habrá paz en esa vida.