La escena de Abraham y los tres visitantes en la primera lectura de hoy es un ejemplo vívido de la hospitalidad en el desierto. Para ellos, entretener a los visitantes es dar la bienvenida a Dios (poco sabía Abraham). ¡La calidad de la comida preparada para los tres visitantes habría alimentado a cincuenta personas! La respuesta a su hospitalidad fue que Abraham y Sara tendrían un hijo, la respuesta a la oración. Este episodio es un resto de que Dios no será superado en generosidad. Al igual que Abraham, si comensamos a hacer buenas obras, Dios bendecirá nuestros esfuerzos y nos otorgará más de lo que podríamos imaginar.