Por diversas razones, es fácil desviarse del rumbo de nuestra vida espiritual.Con tantas cosas que suceden en nuestras vidas, a menudo perdemos el enfoque.Según todos los informes, al hombre del evangelio de hoy le estaba yendo muy bien.Guardaba los mandamientos y Dios lo había bendecido con riquezas. Sin embargo, cuando Jesús lo invitó a dar el siguiente paso, se fue triste porque no queria deshaserce de sus posesiones era muy difícil.No sabemos si se fue a casa, lo pensó y luego regresó para seguir a Jesús, o no.Jesús usa esta situación no para castigar a los ricos, sino para mostrar lo fácil que es concentrarse en las cosas incorrectas.En lugar del tamaño de la cuenta bancaria, nuestro punto de referencia debería ser: "¿Me estoy acercando al cielo?"