En este segundo domingo después de Pentecostés, celebramos el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi). Es interesante que la selección del evangelio para la fiesta de hoy sea la multiplicación de los panes y los peces, en lugar de un relato de la Última Cena. Al usar el único milagro que ocurre en los cuatro evangelios, los teólogos sacramentales envían un mensaje importante acerca de la Eucaristía. Así como Jesús alimentó a la multitud con elementos simples y satisfizo sus necesidades, así lo hace con nosotros en la Eucaristía. La celebración de hoy es un recordatorio de que el punto central de nuestra vida sacramental, aunque simple en naturaleza, nos dará toda la gracia que necesitamos: el mismo Jesús. ¡Todo lo que tenemos que hacer es aprovechar esta oportunidad!