A través de las aguas del bautismo, todos los que han sido bautizados, incluidos nuestros elegidos, han nacido a una nueva vida en Cristo. El bautismo tiene una gran conexión con la tumba. Bajamos al sepulcro a través de las aguas del bautismo, participando de la muerte de Jesús. Salimos de la tumba (la pila bautismal) con novedad de vida en la resurrección del Señor. Después del bautismo, hemos sido ungidos y preparados para el plan de salvación que Dios tiene para nosotros en la eternidad. Sin embargo, para algunos su bautismo es cosa del pasado. Un rito que duró aproximadamente media hora como mínimo y mucho tiempo como máximo. Ya no viven su bautismo. La resurrección del Señor no significa nada para ellos. Continúan viviendo su vida como mejor les parece, sin preocuparse por los demás, sin practicar su fe. Por eso el apóstol Pedro dice: “no a todo el pueblo sino a nosotros”. Jesús murió para redimir a todos, pero no todos se salvarán porque se niegan a vivir su bautismo. Fueron ungidos pero parece que algunos hacen todo lo que está a su alcance para borrar la marca del Crisma en su frente, y básicamente renunciar a su dignidad como cristianos. Este Domingo de Pascua (y durante todo el tiempo de Pascua) es una oportunidad para renovar nuestro bautismo. La Iglesia nos brinda esta oportunidad con el Rito de Aspersión para recordarnos nuestro bautismo. Este rito no se trata de mojar a la gente para ver sus reacciones. Nos recuerda la vida del bautismo. Esto también nos recuerda más precisamente la Renovación de las Promesas Bautismales. Esas son preguntas que todos respondemos de manera diferente. ¿Rechazas el mal para vivir en la libertad de los hijos de Dios? Muchos responden: "Sí, quiero", otros, "nosotros". Pero algunos sólo responden de manera confusa y no tienen intención de cumplir sus promesas. Las siguientes son algunas señales que muestran que se está viviendo el bautismo. Principalmente viva la vida según el modelo de Jesús. “Anduvo haciendo el bien”, eso es lo que también debemos hacer nosotros. Necesitamos expulsar de nuestras vidas la vieja levadura de la malicia y la maldad del pecado. Cuanto menos pecado se comete, más se vive bautismalmente. Contrarrestar las “malas acciones” del pecado haciendo el bien a los demás. Vivir el bautismo siendo más sinceros, más honestos, más transparentes con los demás. Vive tu bautismo (tu nueva vida en Cristo) siendo amable y amoroso con quienes te rodean. Sé diferente hoy, esfuérzate más por ser una mejor persona. No dejen que el diablo los oprima con odio y rencor. Deja de aferrarte a las heridas del pasado y permite que Jesús te sane. Otra forma de vivir tu bautismo, seguir la verdad del Evangelio. Defender lo que es correcto y fue verdad. Defiende lo que crees. Comienza a vivir tu fe en serio. Sé testigo de tu bautismo, no te preocupes por el fracaso, porque si te esfuerzas por vivir tu bautismo Dios estará contigo durante toda la vida. Y finalmente, vivir el bautismo como para buscar lo de arriba, trascender de las preocupaciones de este mundo. Mire hacia el futuro. Tenga en cuenta que esta vida es transitoria y ponga la vista en el cielo. Vive como siervo en la tierra, activa tu bautismo y recibirás la recompensa del siervo, la vida eterna.
Durante este tiempo de Pascua tómate el tiempo para renovar tu bautismo. ¿Qué más pruebas quieres de que Jesucristo ha resucitado? Él físicamente puso las ropas funerarias a un lado, para que no hubiera duda de la fisicalidad de la resurrección. No es un fantasma, es real. Ahora es el momento de dejar de ser orgullosos, arrodillarte y empezar a vivir tu bautismo con la esperanza de la resurrección. Felices Pascuas y que Dios bendiga a todas sus familias durante esta temporada especial.