Cada año, en el primer domingo de cuaresma, la predicación del evangelio, se predica la tentación de Jesús en el desierto. San Lucas muestra cómo Jesús resistió la tentación del diablo por la comida, el poder y el orgullo. Para la mayoría de nosotros, las tentaciones en las que incurrimos son mucho más sutiles y furtivas. Sin embargo, el método que usa Jesús nos ayudará a superar los trucos del diablo. Jesús siempre está tranquilo. Cuando mantenemos la calma, podemos ver las tentaciones con mayor claridad y evitarlas. Jesús nombra la tentación. Al nombrarlo, estamos más conscientes de la tentación. Finalmente, Jesús está atento. Se da cuenta que el diablo está intentando desviarlo de su curso, al igual que él trata de hacerlo con nosotros. Es importante recordar que mientras tengamos pulso, tendremos tentaciones.