Este fin de semana llegamos a la mitad de la Cuaresma, tres domingos detrás de nosotros y tres domingos para la Pascua. Aunque siempre tenemos motivos para la esperanza, tener el final a la vista es bueno. Otro motivo de esperanza proviene de la segunda lectura de hoy. Pablo le recuerda a la comunidad de Éfeso que hemos sido salvados gracias al gran amor de Dios por nosotros en Cristo. Esta salvación es un “regalo de Dios”. Nada de lo que podamos hacer la ganará. Sin embargo, ¡hay muchas cosas que podemos hacer para mostrarle a Dios lo agradecidos que estamos!