En el evangelio de Marcos, la vida de Jesús es de acción casi constante. Después del llamado de los primeros apóstoles, fue a Cafarnaúm, donde expulsó al espíritu inmundo. Hoy, cura a la suegra de Simon, ¡así como a todos en la ciudad! Después de toda esta actividad, Jesús se tomó un tiempo para orar. Nos da este modelo para que lo imitemos. Con frecuencia, seguimos y seguimos. Todo esto lo que hace es consumirnos la energía. Para cumplir nuestras misiones, como Jesús cumplió la suya, nos corresponde seguir su ejemplo. Haga lo que tenga que hacer, pero también dedica tiempo a recargar energías.