Hay dos historias ficticias sobre San Francisco que pueden ilustrar las lecturas de hoy. Uno lo menciona una vez que se desató un incendio y los frailes estaban preocupados por perder sus libros, incluida la Biblia, por lo que alguien gritó "Salva la Biblia" y otro respondió: "No. Salva a San Francisco que conoce la Biblia". Otra historia dice que una vez los frailes notaron que San Francisco ya no estaba leyendo la Biblia. Esto era extraño para ellos porque Francisco pasaba muchos días reflexionando sobre la Biblia. Finalmente, uno de los frailes tuvo el valor de decirle a San Francisco por qué ya no leía la Biblia. San Francisco respondió con calma: "Todavía estoy tratando de vivir el pasaje que estaba reflexionando hace dos semanas". De acuerdo, estas historias son ficticias y usan la persona de San Francisco, pero nos dicen algo sobre las lecturas. Las bienaventuranzas son nuestras recetas de vida. Uno de ellos, solo uno, puede ser suficiente para practicarlo durante toda nuestra vida. Esto se relaciona con la historia de San Francisco, él todavía estaba tratando de aplicar lo que leyó algún tiempo después de leer ese pasaje. En nuestras vidas, la bienaventuranza de un verso puede llevarnos toda una vida para alcanzarla. Se nos dan 8 bienaventuranzas en el Evangelio de Mateo. Si trabajáramos en los ocho, podríamos sentirnos abrumados. Una de las bienaventuranzas es suficiente y suele ser con la que más luchamos. Hoy una de las bienaventuranzas con la que luchan tanto jóvenes como viejos es la de ser puros de corazón. El mundo ofrece tanta impureza, sexualidad descontrolada, pensamientos y acciones lujuriosos. Para algunos esta es la lucha de sus vidas. Tal vez puedan pedirle al Espíritu Santo que los ayude a ser puros de corazón. Pueden trabajar en esta bienaventuranza cuando vienen a la igleisa y participant en los sacramentos con honor y devoción. Para unos, para otros, su bienaventuranza a trabajar sería ser mansos porque están volando alto con su orgullo.Y así, la historia puede continuar con todas las bienaventuranzas, cada persona tendrá un reto diferente para cada una de las bienaventuranzas. A algunos les llevará toda una vida trabajar solo en uno. Sería genial que una persona pueda vivir todas las bienaventuranzas, pero si solo puede vivir una, es un progreso. Entonces, volviendo a la historia de Francisco, se dio cuenta de que no se trata de leer la Biblia, sino de aplicar el versículo en la vida cotidiana. Hay otra bienaventuranza no mencionada aquí pero un poco más adelante en el Evangelio de Mateo 11:6 que se aplica a esta discusión,“Y bienaventurado el que no se ofende conmigo”. Mientras tratemos de vivir las bienaventuranzas aunque sea una y no ofendernos con Jesús y aceptarlo como el Mesías y confiar en él con confianza, vamos en la dirección correcta. Tratemos de vivir una de las bienaventuranzas pero necesitamos empezar por algún lado, y quizás es con la bienaventuranza que más luchamos. Al leer las bienaventuranzas, podemos ser como Francisco, detenernos y pensar tal vez antes de pasar al siguiente versículo, necesito trabajar en este versículo, en este aspecto de mi vida, en esta única bienaventuranza. Tómense en serio todas y cada una de ellas y avancen hacia la eternidad viviendo las bienaventuranzas una por una.