La segunda lectura concluye con una de San Pablo las profesiones communes de la santisima Trinidad: Padre, Hijo y Espiritu Santo. El punto central de nuestra fe, un Dios en tres personas distintas, es un misterio. Ningún humano ha podido explicar a Dios por completo. Desafortunadamente, durante su ministerio público, Jesús no explicó completamente la relación exacta de la Trinidad. Sin embargo, nos dio algunas ideas.
Para nosotros, uno de los grandes ejemplos de la Santísima Trinidad es la unidad de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Su amor perfecto y mutuo es lo que nos esforzamos por imitar aquí en la tierra. Aunque es posible que no alcancemos su nivel, vale la pena el esfuerzo que tratamos de hacer. ¡Si seguimos intentándolo, algún día podremos ver cómo funciona realmente cuando estemos en el cielo!