No es ningún secreto que la sociedad actual está afligida por muchos problemas. Los humanos nos apresuramos a atribuir la causa de dichos problemas a otras personas. La humanidad ha cambiado mucho desde que Pablo escribió los Efesios hace 1.970 años. Si, individual y colectivamente, hiciéramos un esfuerzo concertado para poner en práctica sus palabras, imagínense cuáles serían los resultados. Si fuéramos verdaderamente conscientes de la llamada que hemos recibido y viviéramos con humildad, paciencia, amor y unidad, podríamos cambiar el mundo. La pregunta es, ¿estamos dispuestos a intentarlo?