En el evangelio de hoy, Jesús está en camino a Jerusalén, donde sufrirá su pasión. Cuando envía a sus discípulos delante de él, les advierte que pueden tener algunos puntos difíciles en el camino, pero que no se desanimen (me pregunto si Jesús realmente quería decirles, "no importa lo difícil que sea, mi ¡Camino será mucho más difícil que el tuyo!”)
Cuando Jesús nos envía a nuestras misiones para hacer su trabajo, el mensaje es el mismo. A veces todo irá bien, a veces no tan bien. A través de todo esto, siempre tendremos las gracias para hacer lo que se nos pide. Como Santa Teresa de Calcuta le dijo a sus hermanas, “No estamos llamados a tener éxito. Estamos llamados a ser fieles".