En la segunda lectura de hoy, San Pablo comparte con los filipenses su motivación para predicar el mensaje de Jesús. La profunda experiencia de la presencia de Cristo en su vida impulsó a Pablo a continuar su misión, independientemente de las dificultades que enfrentó. A medida que nos acercamos al final de la Cuaresma, que las palabras de San Pablo nos motiven a continuar: “esa búsqueda con la esperanza de poder poseerla”. Es posible que no alcancemos todas nuestras metas durante esta Cuaresma, o como muchos años permanecemos en este planeta. Sin embargo, si imitamos la perseverancia de San Pablo, ciertamente obtendremos el mismo premio ¡la vida eterna!