Has sido llamado para un propósito superior. En la primera lectura de hoy, la llamada de Moisés es central. La lectura recuerda cómo se llamó a Moisés. Un asesino que se convirtió en exiliado fue llamado en medio del desierto por la señal de una zarza seca ardiente. Moisés aceptó el llamado y más tarde llevaría a su pueblo al desierto en busca de la tierra prometida. La reverencia es clave en el llamado de Moisés. En el Evangelio hay una imagen de un árbol que no había dado fruto en tres años, sino que sólo había agotado la tierra. La imagen de los árboles sigue apareciendo en el Evangelio para dar una metáfora para comparar la vida de una persona. La imagen de este árbol infértil podría ser una imagen de una persona que desperdició los recursos de la vida en búsquedas inútiles y no ha hecho nada significativo con la vida dada. Solo agotar la tierra. Solo causar un mal rato a los demás. Solo estar parado sin hacer nada, o sin hacer mucho. Solo dejar pasar la oportunidad de ayudar a los demás. Sin embargo, aquellos que están inactivos en la vida, solo respirando aire, sin propósito, son los mismos que piensan que todo está bien para ellos. Piensan que son autosuficientes y que todos los demás pueden valerse por sí mismos. Piensan que tienen razón en la forma en que están viviendo su vida y que los demás están equivocados. Son engreídos. Es triste e irónico que aquellos cuyos árboles necesitan más ayuda sean aquellos que piensan que no necesitan ayuda en absoluto. San Pablo recuerda que los que se creen fuertes deben cuidarse de no caer. Dando a entender de no dar nada por hecho y volverse presuntuoso. Esta misma imagen del árbol infértil puede ser utilizada también para otros que solo justifican su propia existencia por comparación. Esta idea se da también en la lectura del Evangelio. La gente se acercó a Jesús para hablarle de los galileos que habían perecido para ver la reacción de Jesús. Pero lo que reciben es una advertencia de Jesús de que, si no se arrepentían, les iría mucho peor. Hay algunas personas en la vida que no producen nada, pero para ellos está bien porque otros no están produciendo tampoco. Se comparan con los demás. "Mira que no soy tan malo... ¿Por qué no vas a hablar con esa otra persona que es peor que yo? Algunos pasan la mayor parte de sus vidas comparándose con los demás, por lo que no logran vivir sus vidas y producir frutos. Es posible que uno pueda envejecer y nunca madurar y nunca producir nada. Muchos pueden vivir de tal manera que simplemente se ajusten a las normas de la sociedad y no producir nada más que perder tiempo y recursos. Nada que mostrar por sus vidas, pero Dios es paciente les da tres oportunidades en la vida por la intercesión de los demás. Para unir estas dos lecturas, el mensaje en conjunto es abrazar el llamado de Dios a servir a los demás y así producir buenos frutos. Produce siendo reverente en la presencia de Dios en la iglesia. Produce compartiendo talentos y dones. Produce yendo más allá de uno mismo y sirviendo a los demás. Produce cumpliendo una vida impulsada por un propósito. Produce mientras aún hay tiempo, para que en el tiempo de la siega no seas cortado, sino que puedas dar fruto para vida eterna.