En el evangelio de hoy, en la segunda lectura, tenemos la hermosa imagen de la Iglesia universal, "una Muchedumbre tan grande, que nadie podia contarla, de todas las naciones, y razas, de todos los pueblos y lenguas". Al vivir aquí en el suroeste de Idaho, es fácil olvidar que somos parte de una iglesia de 1.3 mil millones de miembros. (¡1.3000,000,000 se ve más impresionante!) Todos los domingos, la misa se celebra en más de 300 idiomas y dialectos. A pesar de que los números son enormes, cada uno de nosotros tiene un papel que cumplir. Nuestra santidad individual o pecado afecta a toda la Iglesia. Nuestra actividad o flojera afecta el futuro de la Iglesia. Es fácil pensar que alguien más hará el trabajo. Si los apóstoles hubieran tenido esa esa actitud, ¡no estaríamos leyendo esto!